Los esfuerzos para contener el virus y salvar vidas han de intensificarse. Los gobiernos deben planificar medidas más fuertes y coordinadas para absorber el creciente impacto económico.
Según las nuevas proyecciones de la OCDE, las medidas de contención cada vez más estrictas y necesarias para frenar la propagación del coronavirus (COVID-19) darán lugar a corto plazo a importantes disminuciones del PIB en muchas de las principales economías.
El Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, dio a conocer las últimas estimaciones de la Organización para la cumbre virtual del G20 que tuvo lugar ayer. Dichas estimaciones muestran que el confinamiento afectará directamente a sectores que representan hasta un tercio del PIB en las principales economías. Por cada mes de contención, habrá una pérdida de 2 puntos porcentuales en el crecimiento anual del PIB. El sector del turismo, por sí solo, se enfrenta a una disminución de hasta el 70% en su actividad. Muchas economías entrarán en recesión. Esto es inevitable, ya que tenemos que seguir luchando contra la pandemia, pero al mismo tiempo hemos de enfocar nuestros esfuerzos para poder restaurar la normalidad económica lo más rápido posible.
«Los altos costes que las medidas de salud pública requieren hoy son necesarios para evitar consecuencias mucho más trágicas y un impacto aún mayor en nuestras economías mañana”, afirmó el Sr. Gurría. “Millones de muertes y el colapso de los sistemas de salud nos diezmarían financieramente, y también como sociedad. Por ello, frenar esta epidemia y salvar vidas humanas debe ser la prioridad principal de los gobiernos».
«Nuestro análisis subraya aún más la necesidad de actuar con mayor firmeza para amortiguar el golpe, con una respuesta más coordinada de los gobiernos para lanzar una tabla de salvación a las personas y al sector privado, que resurgirá muy debilitado cuando la crisis sanitaria haya pasado».
El Sr. Gurría valoró positivamente el resultado de la cumbre virtual del G20, auspiciada por la presidencia saudita, y la determinación mostrada por los miembros del G20 para utilizar todos los recursos que sean necesarios para apoyar a las personas y las pymes. En su declaración, el Sr. Gurría desarrolló su reciente llamado a un «Plan Marshall Mundial» para contrarrestar los efectos de la pandemia. Para “inmunizar” a los ciudadanos frente a futuras crisis, instó a los líderes del G20 a actuar de manera inmediata, a fin de:
- Recapitalizar los sistemas sanitarios y epidemiológicos
- Movilizar todas las palancas macroeconómicas: políticas monetarias, fiscales y estructurales
- Levantar las restricciones comerciales existentes, especialmente en lo que respecta a los suministros médicos tan necesarios
- Apoyar a los países vulnerables en desarrollo y de bajos ingresos
- Compartir y aplicar las mejores prácticas para apoyar a los trabajadores y a todas las personas, empleadas o desempleadas, en particular a los más vulnerables
- Mantener a flote las empresas, en particular las pequeñas y medianas empresas, con paquetes de apoyo especiales para los sectores más afectados, como el turismo
El Sr. Gurría subrayó que las consecuencias para el crecimiento anual del PIB dependerán de muchos factores, entre ellos la magnitud y la duración de los confinamientos nacionales, el alcance de la reducción de la demanda de bienes y servicios en otras partes de la economía, y la rapidez con que surta efecto el apoyo de las políticas fiscales y monetarias.
En todas las economías, la mayor parte de este impacto proviene del golpe a la actividad del comercio minorista y mayorista, y en los servicios profesionales e inmobiliarios. Hay diferencias notables entre los países en algunos sectores: los cierres de plantas de fabricación para el transporte tienen un peso relativamente importante en algunos países, mientras que la disminución en el turismo y las actividades de ocio pesa más en otros.
El efecto del cierre de empresas podría dar lugar a reducciones del 15% o más en el nivel de producción en todas las economías avanzadas y en las principales economías de mercado emergentes. En promedio, la producción en las economías del G20 disminuiría en un 25%.
El efecto de este impacto varía en las distintas economías, reflejando las diferencias sectoriales en la composición de la producción. Aquellos países en los que el turismo es relativamente importante podrían verse afectados con mayor severidad por los cierres y las limitaciones en los viajes. En el otro extremo, los países con sectores agrícolas y mineros relativamente importantes, así como los países productores de petróleo, pueden experimentar unos efectos iniciales más reducidos por causa de las medidas de contención, pero la producción se verá afectada posteriormente por la reducción en la demanda mundial de materias primas.
También habrá algunas variaciones en las distintas economías con respecto a los tiempos del impacto inicial sobre la producción, reflejando las diferencias en el momento y en la severidad de las medidas de contención adoptadas. En China, el pico de impacto negativo en la producción ya ha pasado, y ahora se están suavizando algunas de las medidas de confinamiento.